Hoy, mientras cocinaba, el aroma de una especia me llevó de vuelta a Grecia y me hizo recordar el viaje del pasado verano…

…he vuelto a los senderos bordeados de arbustos aromáticos, entre los que predomina el olor a orégano silvestre. Desde allí, en silencio, empiezo a descubrir playas como Finikas, Fano o Pori

Koufunisia

Disfruto descansando los ojos y los oídos en un paraíso de 4 km, Koufunisia, que aunque en los últimos años se está abriendo al turismo resiste a las masas que buscan diversión “preconfeccionada”.

Koufunisia_1

En la poesía de un atardecer color pastel visto desde un mirador aparece la tímida Folegandros y me envuelve el fresco aroma a siempreviva que se alza por el acantilado y que perfuma todo el litoral.

Folegandros_1

Mantos de flores del color del sol con un aroma que impregna los caminos que serpentean hacia el interior de la isla.

Folegandros

Kythnos, fuera de las rutas más turísticas, es una isla aún por descubrir. El nombre antiguo veneciano era Thermia, un nombre derivado de la presencia de aguas termales en el pueblo de Loutra, aguas que hacen que las calles huelan a azufre. Se dice que el Rey Kythnos dio su nombre a esta hermosa isla, si bien sea una creencia más mitológica que histórica.

Kythnos

La fragancia de los arbustos de tomillo silvestre de color púrpura devuelve a Serifos su gracia natural.

Serifos

Según la mitología, la isla de Serifos, “la isla de hierro“, como venía llamada, estaba habitada por gigantes poderosos, los Cíclopes, que vivían en una cueva cerca Psaropyrgos. La construcción de las enormes murallas, que se encuentran por toda la isla, se atribuye a los gigantes. Además, según la tradición, en la isla se oculta la cabeza de la Medusa, bajo una pequeña iglesia que domina el hermoso litoral.

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Subo por los pequeños callejones que me llevan desde la plaza Miaouli hasta la Iglesia de Anastasi, en Ermúpoli, capital de las islas Cícladas, me deleito con el olor a Imam baildi, un plato típico hecho con berenjenas, acompañado de un poco de música Rebetiko proveniente de las ventanas y saludo a apacibles ancianos con miradas que se pierden en el azul del mar.

Syros es una isla poco visitada por los turistas que conserva el carácter de las islas Cícladas, quizás más que cualquier otra.

Ermúpoli

Toda la isla es una agradable sorpresa. Alejándome de la ciudad, garrigas con sus características flores amarillas y arbustos de lavanda silvestre, acompañan los atardeceres en las pequeñas calas desiertas que rodean la isla, y a lo lejos, ¡unas nubesviajeras!

NubesviajerasSerifos