CHANG RAI

Nos tomamos nuestro primer día en Tailandia con calma. Abrir los ojos, ducharnos (había agua templadita) y salir a desayunar. Fuimos al 7 eleven a comprarlo y nos lo tomamos en un banco en el jardín del edificio de la Thai. Desde allí pudimos empezar a darnos cuenta de dónde estábamos. Era una calle con bastante tráfico, muchos cables y edificios con un ligero aire decadente.

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Empezamos a recorrer la ciudad, visitando distintos templos o Wat. En cada uno hay que descalzarse. Algunos también estaban en remodelación. Todos tienen representaciones de budha, elefantes, campanitas…incluso en uno encontramos a un monje “roncando” literalmente sobre una tarima. Pensándolo bien, cómo no hacerlo, le entraba el sol por la ventana pero hacía airito, además el lugar era muy tranquilo.

Otro templo que nos gustó fue el llamado Wat de la Selva de Bambú, que seguramente era importante en la zona, porque por fuera estaba lleno de guaguas de turistas locales. Tenía un jardín muy agradable lleno de orquídeas, además de un museo, con un monje que reía y hablaba con todos. Muchísimas representaciones de budha, gong, cuenquitos usados en las ceremonias. Estuvimos un buen rato allí.

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Antes habíamos pasado por un mercadillo local, con mujeres que vendían verduras. Nos pareció que llegaban de otros pueblos porque iban vestidas con unos trajes típicos y tenían los dientes “negrísimos”, por un fruto que comen. Todos nos sonreían al pasar.

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Nos llamó la atención la cantidad de fotos del rey que hay, están en todas partes, incluso en el museo.

Después fuimos a un Wat en el que había que subir unas largas escaleras con forma de dragón.

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No nos gustó demasiado, pero lo simpático fue que pudimos hablar con un monje que estaba en el jardín. Nos contó, tras pedirnos que le sacáramos una foto para verse, que había llegado a Chang Rai hace poquito, que él era de otros pueblo que estaba a unos 15 Km. Decía que estaba en el primer año de la Universidad (las clases estaban detrás del Wat). Era una universidad en la que habían “3 estudiantes y 2 monjes-guías”. Estudiaban inglés, historia del Budha y cuando Dano le dijo que él había estudiado filosofía, nos dijo “ahh, yo también!”

Nos contó que los estudios duran 5 años y que después no sabía que iba a hacer, tal vez profe de inglés para tailandeses porque le gustaba mucho el idioma. También nos dijo en voz baja que le gustaría ir a Inglaterra y ver la “nieve” ¡porque en Chang Rai hacía mucho calor! Después, tímidamente nos preguntó algunas palabras en italiano y en español y nos deseó “bon voyage” y “good luck”. Fue un ratito muy grato.

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Nuestro nuevo amigo nos aconsejó que fuéramos a ver un templo que estaba en lo alto de una colina. Pasamos por una calle un poco de la “banlieu” con casas pobres e improvisadas y algún que otro perro guardián. Subimos otras largas escaleras y llegamos. El Wat estaba dividido en la zona del templo, muy blanquito y otra zona a la derecha, con una estructura circular, llena de unas esculturas decoradas con flores, elefantes, telas de colores y alrededor todo un jardín y un canal lleno de nenúfares y otras flores acuáticas. Era muy curioso.

Al bajar del templo, por unas escaleras llenas de gallinas y patitos, encontramos dos chiringuitos que vendían flores y velas, además estaba lleno de niños y perros,

En lugar de regresar hacia el centro  por la misma calle, volvimos rodeando el río (o pasando cerquita) aunque estaba muy seco. Al otro lado del puente estaba el hotel Dunia y lo que parecía una zona pijita, con una barrera y un guardia. Vimos también carteles de un proyecto de construcción de un golf club, ¡nooo!

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De regreso hacia la ciudad, nos encontramos con la 2ª plaza del reloj, ésta más chiquita y en plena hora punta, con la salida de los niños del cole. Habían puestos que vendían de todo: especias, ropa, tabaco, también había un salón de peluquería. Por la calle, muchas motos y el edificio de la Thai Poste.

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Nos paramos a merendar en un 7 eleven y vimos el trajín de motos de jovencitos que se paraban cerca del súper.

Después volvimos al hotel pero no entramos para que no nos diera sueño, sino que fuimos directamente al mercado de noche de Chang Rai y compré, por 190bt un pantalón-bermuda!! Tras dar un par de vueltas, decidimos volver al mismo restaurante de ayer para cenar. Esta vez nuestro menú estaba formado por “padthai” y un plato hecho con carne+almendras+uvas pasas+piña, todo presentado dentro de una piña! Nos gustó mucho. Bebimos una “Chang Beer“. Lo único que no comimos fueron los dulcitos en el mercado de postre. Dimos una última vueltilla, pero como al día siguiente queríamos salir temprano, nos retiramos pronto.