Llegamos al Lago Inle!!  

25/12/2012

Lo mejor del dia ha sido su inicio y su final.

El inicio porque salir del monasterio, aún sin amanecer, con la brumilla de la montaña, viendo a los primeros campesinos que subían por las laderas, y pensando a lo que nos deparaba el día, era muy estimulante.

buenosdias
El final, porque llegar al lago y ver lo inmenso que es, y encontrarnos con los primeros pescadores “equilibristas” únicos en este lugar, también fue increible.

Nuestro guía nos estaba preparando para el maratón y recorrimos caminos de cabras y carreteras de tierra muy rápido! El trayecto fue un poco monótono. Lo que más me gustó es iniciar a ver el Lago desde lo alto y cruzarnos con gentes del lugar que habían ido al mercado, muy animado, que había en el pueblo al que llegamos y desde donde salían las barcas hacia el Lago.

Allí tuvimos nuestra parada almuerzo mientras esperábamos que nuestro guía “contratase” una barca para llevarnos a todos. Antes de subir hay que pagar 5$ como tasa para entrar en la zona del parque. Las barcas, a motor, son para 5-8 personas, muy estrechitas y de colores.

El lago Inle se encuentra a unos 1000 metros sobre el nivel del mar y tiene 100km de largo y 5km de ancho. Está poblado por distintas etnias que conviven desde siempre a lo largo de sus orillas e inluso en el mismo lago, donde han creado pequeñas aldeas con casitas sobre el agua, incluyendo huertas flotantes.

Casita-en-el-lago-Inle

El recorrido empieza adentrándonos por un brazo largo del Lago, más estrecho, hasta llegar, pasados unos 10-15 minutos al Lago en sí…es inmenso, rodeado por las montañas a lo lejos…es espectacular y tan largo que se tarda casi media horita en atravesarlo y llegar a Nyaung Shwe, que era donde habíamos reservado nuestra habitación en el Gypsy Inn. En realidad, excepto los chicos italianos que dormían en el mismo hotel, todos nos saludamos y nos separamos en el puerto, en el muelle nº 13 que era el nuestro.

 

El hotel estaba muy cerca de allí, a dos pasos. Nuestra habitación estaba en la planta baja, justo detrás de la recepción y costó 25$. Era muy básica, dos camas, una ducha y ya está, pero para una noche nos fue suficiente. Las del primer piso cuestan 39$. Al llegar descansamos un rato, lo que pasó es que nos quedamso sin agua caliente y tuvimos que esperar!! Pero aprovechamos para ir a preguntar por los billetes de la guagua para el día siguiente  hacia Rangoon o Yangon. Fuimos a la agencia oficial, pero los billetes salían más caros de lo que nos proponía nuestro hotel, a 14000. La guagua sale a las 17 de un pueblo cercano y tenemos un pick-up a las 16 (tarda 12 horas!!)

La parte del Lago en la que estamos tiene un muelle importante, con lanchas motoras ensordecedoras y chicos que las limpian. Ellos también se lavan en el lago. Hay un pequeño monasterio escuela en el que pudimos asistir a una lección, con el monje profe y 3 monjes estudiantes. El profe repetía distintas frases y los chicos las copiaban. Delante había un stupa plateado muy bonito. Por fuera, algunos chicos intentaban charlar con nosotros, y como siempre, el tema que más éxito tiene es el del fútbol, conocen a todos los equipos y jugadores!

Cruzamos después el puente y vimos un poquito el otro lado del Lago, pero regresamos enseguida al Gypsy. Aún tuvimos que esperar un poquito por el agua caliente, pero mientras confirmamos la guagua.

Fuimos a cenar a un bar no muy lejos del monasterio donde habíamos estado por la tarde, en la misma calle, lo llevaba una señora muy amable y su marido. Cenamos dos platos de noodles salteados muy buenos y una cervecita. En este pueblo les gusta cantar, por la noche habían varios grupos de jovencitos, algo “desafinados”, cantando en corros, pero la verdad es que caímos rendidos en la cama.