Un salto a Marrakesh

Estoy en Gran Canaria, a punto de salir hacia Marrakesh. Es un viaje un poco “a la aventura” porque no sé bien el itinerario que seguiremos. Vamos con María y su amigo Rashid, que nos llevara al desierto!

Después descubriríamos que llegar al desierto sería más complicado de lo que esperábamos porque había huelga de transporte y alquilar un coche era demasiado caro y a parte, peligroso. Decían que estaban lanzando piedras a las guaguas que decidían pasar. Así que nos quedamos un dia más en Marrakesh.

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Lo mejor fue que en Marrakesh pudimos dormir en la Kasbah, en una casa tradicional gracias a unos amigos de Rashid. La entrada estaba en una calle que parecía sacada de un cuento y la casa tenía las habitaciones que daban al patio central.

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Marrakesh

La plaza de Djemaa el Fna es impresionante, sobre todo por la noche, es un movimiento contínuo de gente, con una serie de personajes muy particulares, desde un encantador de serpientes, vendedores de “bálsamo de tigre” milagroso,  hasta portadores de agua con trajes típicos. Parece que estás metido en una de las historia de las Mil y una Noches.

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La gente come en los puestos del mercado, lo que más me llamó la atención fueron los “caracoles” cocinados, que se los comían como pipas. Son muy llamativos también los puestos de especias.

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Al día siguiente cogeríamos un tren hacia Fez y de allí nos dirigiríamos a Errachidia.