ROMA- FRANKFURT- SINGAPUR

Nos vaaamos!

Hoy ha habido huelga de transporte en Roma, así que la solución que tuvimos fue llamar a un “coche con conductor” para que nos viniese a recoger. El chico que nos vino a buscar se echó a reir al vernos salir sólo con las mochilas, ya que su “taxi” era para 9 personas!!

Llegamos muy rápido, a las 14.40 ya estábamos en el aeropuerto, pero no se nos ha hecho largo esperar hasta las 18.10, hora de salida. Al final salimos con un poco de retraso, pero como ya teníamos las tarjetas de embarque de la conexión, estábamos tranquilos.

Íbamos rumbo a Frankfurt, nuestra primera escala hacia Singapur y después llegaremos a Bali.

Al llegar a Frankfurt  tuvimos que echarnos a correr, porque el avión llegó con retraso y teníamos sólo 1 hora (o en realidad media, antes de que empezara el embarque) para cambiar de Terminal y llegar a la puerta C15. Tuvimos que coger una especie de skytrain para cambiar de Terminal, pero, no entendimos bien la parada y saltamos la nuestra, así que tuvimos que volver atrás.

Por fin llegamos a la Terminal C y tuvimos que pasar varios controles, incluido el del pasaporte. Pedimos que nos dejaran pasar porque sino no llegábamos, pero lo curioso es que todos parecían tranquilos, y decían, “…no pasa nada, están en hora” ??? Para terminar la carrera, recorrimos un laaaargo pasillo hasta llegar, finalmente, a la C15 (ufff)

El sistema de acceso era moderno, como si estuviésemos entrando en el metro, se apoyaba la tarjeta de embarque, click, y se abría.
Como viajamos en un Boeing 747 (de los que tienen una “joroba”) habían distintas entradas: “business”, “economic”. Entramos por la primera clase, para cotillear :),  los sillones eran enormes. Los de economic, eran más estrechos, claro, pero estaban bien, también tenían su tele, la manta… Nos dieron aperitivo, cena y desayuno, además de las bebidas.

Algo curioso que vimos por primera vez en el avión fueron unas cunas que enganchan al muro que separa las distintas clases o partes del avión, y ahí duermen algunos bebés. Buena idea!

Ya por la mañana se empezaban a ver las islas, las Andamanes, todas de tierra roja y mucha vegetación. Y en Singapur, vimos varias industrias y plantaciones enormes de palmeras (para aceite de palma, tal vez?) También muchos cargueros llegando al puerto, qué tráfico!!

islas-llegada

¡LLEGAMOS!

Serían más o menos las 16.30 hora local. Los pasillos del aeropuerto están cubiertos de una moqueta verde, algo que nos sorprendió. También vimos distintos sillones que te dan masajes en los pies, y muchas, muchas orquídeas. Aprovechamos para cambiar algunos euros en dólares de Singapur (1€ = 1,6 $) y nos encaminamos hacia el control de pasaportes. ¡Casi no había cola! Pasamos rapidísimo. Se quedan con una parte de la ficha que rellenamos en el avión, y la otra hay que conservarla bien porque sirve para la salida del país. El visado es gratuito.

Al salir buscamos las señales del MRT, la línea del metro. Estaba en el primer piso. Justo detrás de las escaleras hay unas máquinas donde se compran los billetes. Las ventanillas valen sólo para los abonos. En las máquinas viene indicado el nombre de las estaciones y uno tiene que elegir a la que quiere ir. Cuando la seleccionas, te dice el precio. Nos costó 3,20, una tarjeta verde que según entendimos, es recargable y reembolsable. al pasarla por los torniquetes, marcó que nos quedaban 2,20, así que en definitiva, el trayecto costó 1$.

metro-singapour

Cogimos la línea del aeropuerto (EW29 Changi International Airport) y tras dos paradas hicimos el cambio en EW4 (Tanah Merah) y de allí seguimos toda la línea hasta la EW16 (Outram Park, dirección Jookoon). Después nos quedaba un cambio a la línea NE3 (Outram Park y bajar en la siguiente NE4- Chinatown. (¿se nota que nos dejaron un mapa en el aeropuerto y nos está sirviendo para escribir las paradas?, ¡¿eh?!)

Salimos directamente por “Pagoda Street”, donde estaba nuestro albergue, el “5 way foot inn” . Se tiene la impresión de estar, nunca mejor dicho, en China Town, porque es una calle estrecha, llena de tiendas con lámparas y decoración china. Había mucha gente y uno se queda obnubilado fácilmente. Sorprende que en la calle haya algún albergue, ¡no se ven! Efectivamente, la entrada del nuestro estaba en un pasillo al que se llegaba atravesando los chiringuitos de una tienda. Aprovechamos que entraban unos chicos y los seguimos. Unas escaleras negras y altas, nos dieron la bienvenida. Tras un primer tramo de escaleras, a la izquierda se llega a la recepción y a una terraza, y si se continúa subiendo, se llega a los dormitorios y a las duchas. Nuestro dormitorio es de 4 (2 literas) y lo compartimos con un californiano de origen coreano, y un chico hindú.

La chica de la recepción era muy amable, nos explicó todo: horarios (desayuno de 7 a 11), el depósito por las llaves (20$) que se recupera al marcharse (por eso la habitación nos costó 112$), nos dio un mapa… Ah, la conexión Wifi era gratuita. El sitio limpio, limpito no está, pero para una noche no nos pareció mal, además está muy cerca del metro y mañana será práctico.

Aprovechamos para darnos una ducha y refrescarnos, antes de salir a dar una vuelta. Pero pronto notamos los 33º grados con humedad altísima…ufff!

Nos dirigimos hacia el río. Al final de la Pagoda Street, se encuentra el Mariamman Temple, el templo hinduista más antiguo de la ciudad,con sus muros decorados.

street-singapur

Estaban rezando porque se oían los cantos. Un control de seguridad te hace dejar los zapatos fuera y las cámaras en consigna y te dan un ticket. Nosotros echamos un vistazo, pero no entramos. Nos tomamos una cervecita Sandong en un bar enfrente de la mezquita Jawan y del templo hinduista.

cervecita

Después dimos un paseo hacia la City y el río. Nos sentamos en una plaza, “China Center”, a comernos los bocadillos. Estábamos rodeados de rascacielos. Era muy silencioso y limpio. En la zona del río había más movimiento, con restaurantes y unos cubos donde sentarse. Caminamos un poco rodeando el río, atravesándolo por un puente. Al final se veía un edificio que parecía un copo de nieve, blanco y de cristal. Creemos que era un teatro.

rascacielos

Como estábamos cansados, volvimos al albergue. Estuvimos hablando un rato con nuestros vecinos de litera antes de dormir.