Rumbo  al Calafate

El viaje desde Puerto Madryn hasta el Calafate ha sido muy entretenido. La guagua llegó con hora y media de retraso pero después se nos pasó rápido. Vimos dos pelis, no hemos parado de comer: hemos comido, merendado, cenado y desayunado y hasta hemos jugado al “bingo” con todos los pasajeros! El premio era una botella de vino, pero no nos la llevamos…ohh!!

Además viajaban muchos niños que hablaron con todos los de la guagua. Una niñita nos contó que ella no tenía un perro sino un burrito, varias vacas y nos hizo mucha gracia 😉

La carretera es impresionante, una línea recta sin fin.

nada

No hay nada de nada, sólo animales de vez en cuando, ovejas, caballos. Aunque eso sí, todos los terrenos están vallados. Otra cosa que nos llamó la atención es ver flamencos en una zona de pequeños lagos!

carretera

Íbamos justillos de tiempo, teníamos una guagua de conexión hacia El Calafate, pero la perdimos al final. Así que tuvimos que esperar un par de horas por la siguiente. Llamamos al hotel para avisar que llegaríamos más tarde y Daniele fue a buscar un bocata mientras yo preguntaba por otros billetes a la TecniAustral. llegó con un bocadillo de milanesa enorme, menos mal que era para los 2. Pedimos información sobre Ríos Gallegos y así saber qué podríamos hacer a nuestro regreso. Nos hablaron de una pingüinera con más de 80000 pingüinos de Magallanes en Cabo Vírgenes y creo que iremos porque nos “inspiró” mucho.

Por fin llegó la guagua y pusimos rumbo al Calafate. El paisaje va cambiando, es más montañoso y verdito, se ven rebaños de ovejas, vacas, algunos guanacos. Hicimos una parada en la Estancia “La esperanza”, que aparece en medio de la nada y en donde se subió más gente. Al entrar al Calafate se ve por un lado el inicio del lago Argentina, precioso e inmenso, el más grande de Argentina, y por el otro, un hotel “patagónico” que parecía el de la peli “El resplandor”. La entrada al pueblo es muy bonita, con casas de madera.

calafate

La estación está en lo alto del pueblo y después se baja por unas escaleras hasta la Plaza de las Comunicaciones, que estaban arreglando, y se pasa por el paseo de los artesanos, con un montón de chiringuitos de collares, bolsos. Y se llega a la calle principal, llena de “boutiques” de ropa aventurera, regalitos y también hay dos supermercados. Pero una vez que nos vamos abandonando de esta calle principal, las calles son más feillas, bueno, algo abandonadas. Encontramos nuestro hotel, el Sir Thomas, que en aquel entonces costó 90 pesos la habitación doble, con el desayuno incluido, y era conveniente, viendo los precios de alrededor. La verdad que no era gran cosa, la habitación era estrecha y el baño pequeño, pero el personal fue amable y estaba limpito.

Dejamos los trastos y fuimos a buscar la excursión al Perito Moreno. Proponen varias, combinando caminatas, paseos en barca o simple visita del glaciar. Hay que incluir siempre la entrada al parque. Nos decidimos por la visita simple, buscamos el bus de ruta normal, de línea y fue el que tomamos. 30 pesos la ida+30 la vuelta + 30 la entrada al parque. La hora de salida, a las 9.00 desde la estación. Una vez decidida la excursión, dimos un paseito. Queríamos buscar un lugar para cenar y celebrar el cumple de Daniele!! 🙂

Intentamos ir a la Tablita , cerca de la entrada del pueblo, al otro lado del puente, que recomendaba la guía como la mejor parrilla del pueblo…perooo, al no tener reserva nos dijeron que teníamos que esperar al menos 1 hora. Decidimos montarnos un picnic improvisado y dsifrutar de la noche. Hay claridad hasta casi las 23 y la luna en forma de C crece y en forma de D decrece, así que como dice Mafalda, sabemos que estamos boca abajo!!