Trekking Kalaw – Lago Inle (1º día)

1º día de trekking 

Teníamos la cita a las 9 de la mañana en la puerta, para organizar los grupos y empezar el camino. Así que despertador a las 7.45, duchita y a desayunar (una especia de crêpe, pero más seca y una tortilla).
Hoy, por la mañana no hemos tenido problema con el agua caliente, menos mal, porque…efectivamente… hace frío en kalaw!

Nuestro grupo estaba formado por el guía y por: Luciano y Nicole, los dos chicos italianos; 2 chicos de Rangon; Dimitri, un chico francés; Daniele y yo.

Nos dijeron que el trekking sería fácil pero inició con una buena cuesta que nos hizo entrar en calor!!!

Cogimos el primer camino a la derecha por detrás de la guest house y poco a poco se iban dejando atrás las últimas casas del pueblo. Se camina por una pista de tierra con muchos baches y a veces barro, que hace las veces de carretera entre los pueblos, porque vimos pasar motos y camiones-guagua con gente del lugar. Más tarde nos enteramos que estaban yendo a una “ceremonia de iniciación de los niños monje” y estaban saliendo de sus pueblos.

Toda la mañana proseguimos por esta “carretera”. El guía de vez en cuando nos enseñaba alguna plantita y nos decía: ésta es desinfectante, ésta es buena para el estómago. Nos enseñó también la centella asiática: se cogen 5 o 6 hojas y se escachan bien formando una bolita, se frota fuerte y va sacando el líquido. También olían muy bien unos tronquitos de donde se saca el “bálsamo de tigre“. Eran unas cañas altas que nuestro guía raspó con una navajita. Y así llegamos hasta un mirador que nos ofreció unas vistas maravillosas del valle. Como ya había dicho, kalaw está a 1300 m y ahora estábamos más altos.

Aquí nos paramos para nuestra pausa comida. Habían dos chiringuitos y nosotros nos paramos en el de un señor hindú. Poco a poco nos juntamos varios grupos así que el tiempo de espera fue largo porque la cocina era pequeña, pero mientras tanto, fuimos al baño (la naturaleza!) y hablamos con una pareja muy simpática, una chica de Barcelona, Mercè “Durán” y su novio, David, un suizo, que han dejado todo y han empezado un viaje de unos 6-8 meses (aún no saben bien) por el mundo. Los seguiremos en su blog, para ver qué tal la experiencia por Filipinas, que era hacia donde se dirigían.

Ellos hicieron el trekking de un día y venían al contrario, ya habían visto el Lago, así que nos despedimos allí.

Llegó nuestra comida: tortas de pan y verdura guisadas. Las bebidas había que pagarlas (nos enteramos en ese momento!)

Con el estómago contento, seguimos el camino. El guía nos dijo que nos faltaban una par de horas (al dia más o menos se caminan unas 5,30/ 6 horas)

Pasamos por un pueblo en el que la gente se pone en pose para que le saques una foto y luego se la enseñes (seguramente efecto de nuestra presencia 🙁 ).

Solo me acuerdo de una etnia , Palau, pero si es verdad que son evidentes los diferentes rasgos y sobre todo distintos vestidos y pañuelos en la cabeza. En este pueblo eran de un rojo muy intenso.

También hicimos una pausa en la casa del “santón” del pueblo. Vivía un poco más alejado y en lo alto de una cueeesta. Nos invitó a tomar un té. La luz, el ambiente, el personaje…era muy emocionante. Nos miraba con sorpresa, me imagino que al igual que nosotros a él! La cabaña era de mimbre y madera. Tenía un altar (siempre hacia el este y no se le deben dirigir los pies), una tele, posters de familiares o gente famosa, tal vez. Tenía un cajón delante de la alfombra donde estaba sentado con varias botellas, aunque el guía nos dijo que no podía beber. Dice que las usaba para encender el fuego. Tampoco se podía casar. También tenía un recetario, unas hierbas…y se estaba fumando un puro. No pudimos comunicar demasiado. Nos despedimos y continuamos.

Hoy dormimos en casa de una familia, a la que llegamos alrededor de las 6- 6.30. Era una casa de dos pisos, sin separaciones, bastante amplia y con un establo y un campito por delante. En el piso de abajo estaba la cocina con el fuego y allí, alrededor, estaba toda la familia. Y en el piso de arriba, había una gran sala, donde dormiríamos más tarde. Habían preparado unos colchones, separados por unas telas. También una mesita redonda baja, donde después cenaríamos todos. Lo malo es que terminamos ahumaditos, porque el humo se colaba hasta el piso de arriba.

La cena fue rica y agradable (ayudó que estábamos fritos y muertos de hambre!). La familia nos preparó unos tomatitos con una salsa muy rica, también unas berenjenas con papas que nos gustaron. Todo con arroz y una sopa de lentejas, que ya nos habían ofrecido al mediodía. Los chicos birmanos habían traido chocolate, así que también tuvimos postre! También llevaban una especie de tupper con unos pimientos picantísimos, pero no me atreví a probarlos. Daniele sí…ufff…fueeego!

La familia después subió al salón y se puso a ver una peli, pero nosotros caimos rendidos….pero….lo que no nos esperábamos era descubrir cómo celebran la noche de preboda por la zona! Nos despertamos al poco tiempo, porque de repente empezó a sonar una música altísima proveniente de un pueblo cercano. Era una especie de monólogo, alguien que hablaba cantando, todo el tiempo!

El guía nos contaría que es normal, que ponen la música a todo volumen la noche antes de casarse. A las 8 de la mañana siguiente oímos también como iniciaba la ceremonia de la boda. Dice que tener novia, cortejarla, es toda una inversión, ya que hay que pagar unos 2000 Kt si es “fea” y 3000  o más si es “guapa”. Se visita a la novia repetidas veces, se toma té, se charla…Si al final acepta a casarse, estupendo, pero si dice que no, la familia tiene que restituir parte del dinero invertido!! También nos dijo que la noche anterior los novios duermen juntos y ella tiene que ocuparse de él, cocinarle…En fin, otras curiosidades, pero no nos han dejado dormir!!

Al final nos despertamos desesperados, bajo nuestra capa de 3 o 4 mantas y con la espalda dolorida, pero bromeando, eso sí!! Y empezamos nuestro segundo día de trekking!