28/04/2014

Visita a los Guerreros de Terracota

En el hotel no teníamos incluido el desayuno, así que tras una duchita salimos fuera. Hay muchos supermercados como los 7eleven que se llaman “Everyday”.

La primera avenida inmensa que uno se encuentra al pasar las murallas (murallas que tienen unos 16Km de recorrido y que han sido reconstruidas en su mayoría), deben ser los Champs Elysées de Xi’an, porque están todas las boutiques de marca como Gucci o Louis Vuitton.

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Se llega derechito a la Torre del Tambor, que por la noche veríamos iluminada. Hay varios centros comerciales y se puede atravesar por debajo de la plaza, ya que hay unos pasajes subterráneos. Desayunamos algo y decidimos seguir caminando hasta la estación, aunque son dos paradas de metro (tal vez lo cojamos mañana). Los grandes ejes de la ciudad se llaman Avenida Este-Oeste-Norte y Sur. Son enormes y hay que atravesarlas con cuidado, porque nadie se para aunque esté el semáforo en verde. Pasamos una zona que debía ser la de los hospitales y más adelante por un gran parque. Esta zona era la zona de “masajes a los pies” un poco sospechosas y vimos que dejaban por fuera de los locales perros y gatos, abandonadillos, atados a una cuerda, quién sabe por qué. Lo bueno fue que descubrimos el especialista de los dumplings de la ciudad, 18 bollitos x 10 Yuan! A la vuelta daríamos buena cuenta de ellos.

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Volvimos a atravesar unas murallas y dimos con la plaza y la entrada de la estación de trenes. Había mucho movimiento y mucha gente sentada en corros esperando. Desde allí hay dos opciones para ir a visitar los guerreros:

– Buscar las guaguas 306/307, de un color gris verde y pagar, según habíamos leído 7 yuan

– o si no, subir a una de las guaguas verdes (guisante) que tienen escrito por fuera Xi’an- Terracota Warriors and Horses y que cuestan 9 yuan por persona. Como vimos que la cola para las guaguas grises llegaba incluso a salir de las murallas y que para las verdes eran más cortas, nos decidimos por estas últimas y nos fue bien. Subimos enseguida y al ratito arrancó. La chica te da el billete en la guagua directamente. Iba llenita, con gente incluso de pie. Tardamos poco menos de 1 hora (está a unos 40Km). El recorrido es  a través de grandes avenidas que te dejan ver rascacielos horribles , almacenes de mercancías, grandes mercados, coches, pitas, horizonte blanco, humo y mal olor. Vimos también la academia militar y una gran universidad de ingeniería. Eran casi las 12h y el calor empezaba a apretar. Mucha gente se bajó en una zona de termas y donde había un parque enorme con un funicular, pero nosotros continuamos, claro. Antes de bajar preguntamos “Bing Ma Yong?” (museo de los guerreros en chino!) y nos dijeron que sí.

Caminamos hacia la derecha buscando las taquillas. Hay que ponerse en la primera que es para estudiantes. Es conveniente llevar algún tipo de carné de estudiantes, aunque sea de alguna biblioteca, porque el descuento se nota. Pagamos 75 yuan en lugar de 150 yuan. Tras un primer control de la entrada, unos cochecitos como los de golf, te llevan por 5 yuan más a persona hasta la verdadera entrada, donde otro señor vuelve a controlar el billete y el carné de estudiante.

Hay que caminar otro poquito a través de la zona de souvenirs y se llega a una explanada donde hay tres pabellones. Hay que empezar por el que está más lejos, a la derecha, que es el nº2. En esta sala no se ven guerreros sino partes de ellos. Es una sala que está por excavar aún. En la parte de abajo de la sala hay varios museos y en uno están expuestos unos carros de bronce muy guapos, uno está abierto y el otro cerrado, como un antiguo coche. Después continuamos el recorrido hacia el pabellón nº3, muy pequeño y con pocos guerreros, pero emocionaba empezar a verlos. Pero es cuando se llega al pabellón nº1 que se entiende lo impresionante que debía de ser este ejército , que mandó a construir el primer emperador de China en el 210-209 aC, con más de 8000 soldados, todos diferentes! Es impresinante, es una verdadera fotografía d ela época. Cada uno tiene un peinado, vestido, corazas, zapatos…diferentes. Representaban los distintos cargos y rangos. Dicen que tardó más de 40 años en preparar su enterramiento. Hay pocos caballos y mcuhas menos armas, sólo algunas conservadas en el museo.

guerrero

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Lo que nos desilusionó fue ver el modo de trabajar de los encargados. Medían los guerreros con escuadra y cartabón o sacaban los trozos de las esculturas de la tierra sin guantes y después se lo pasaban a a lgún compañero que los transportaba a lo bruto o en recipiertes de plástico con “ositos” llevándolos en unos carros muy cutres. Nos pareció un poco desastroso y poco profesional, la verdad.

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La verdad que estuvimos un buen rato observando los guerreros, es muy entretenido y poco a poco volvimos a la entrada. Han hecho también una especie de cine que representa la vida del emperador, pero no vimos toda la presentación

Esperamos a que pasase una guagua verde que dijese Xi’an. Eran las 16.30. Tardamos otra horita en volver y fuimos a “merendar” dumplings.

Por la tarde fuimos a pasear por el barrio musulmán, de la minoría Hui, con una mezquita que data del 732 y que es muy curiosa por la mezcla con el estilo asiático. Uno piensa a la ruta de la seda y cuando llegaban las caravanas y los mercaderes, provenientes de Afganistán o de Persia allá por el sVII.

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La verdad que es un barrio muy animado. Está lleno de puestos con comida local. Lo que nos sorprendió fue la forma de hacer turrones, de almendra y cacahuete, muy de tradición árabe.

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Hay otros pasillos donde comprar souvenirs, negociando siempre el precio, claro!  Mañana queremos volver para ver si encontramos algún regalito.

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Y paseando paseando se hicieron más de las 21h, así que poquito a poco nos dirigimos hacia las murallas y hacia el albergue.

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Antes comimos algo por el camino. Han organizado un concierto de pop al lado del hotel, pero caimos rendidos de todas formas.