1- Pero ¿cuántos habitantes tiene este país?

Buscando el dato leo que el censo de habitantes en el 2013 fue de 1.350.695.000, de los cuales, más de 17.000.000 viven en Pekín. Así que cuando pasees por las ciudades…¡nunca estarás sólo! cuando subas al metro, quieras sacar una foto o tengas que entrar a una estación…tampoco!! Y más aún si la gente está de vacaciones, como nos pasó el 1 de Mayo cuando fuimos nosotros.

 

 

2- “Abuelos babysitter”

El problema de compaginar trabajo y familia también es primordial en China. Así que muchas familias acuden a los abuelos para que cuiden a los chicos mientras ellos trabajan, tanto por una cuestión de confianza como de ahorro de dinero. Pero provoca ver niños muy malcriados y niñas princesitas. Esto llama mucho la atención por las calles, no es difícil ver, tanto en la capital como en otras ciudades, a muchos niños de la mano del abuelo.

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3- Desorden, ruidos y “mala educación”

Digamos la verdad, que mientras pasees alguien escupa con excesiva energía al lado tuyo, que los niños puedan hacer pis o caca donde quieran (papeleras, maceteros…) o que al comer sorbeen con énfasis la comida, no es agradable. Si además le sumas que se cuelan al mínimo descuido, a pesar de que se pongan en fila para subir al metro o al tren, o que conducen como les parece y que el peatón es el que siempre sale perdiendo, pues no ayuda. Estas costumbres también las exportan y varias publicaciones los señalan como “los peores turistas del mundo”!

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Algo que por el contrario sorprende, es la limpieza de los espacios públicos: en las estaciones, en las calles, en las plazas… es difícil ver una colilla o un papel, unos barrenderos lo recogen casi al instante.

4- Dormir o estar mirando constantemente el móvil

He visto dormir a una señora tranquilamente de pie en el metro o a un grupo de jóvenes en un autobús que saltaba a cada instante. Agachan la cabeza, ésta les baila, pero ellos “duermen”. Seguramente el ritmo de trabajo, o imagino el acostarse, no facilita el sueño. O tal vez sea por la mala alimentación, no lo sé, pero la cuestión es que si no duermen, bostezan sin disimulo. Y si están despiertos, están enganchados al móvil o al tablet, chateando o viendo alguna peli, o sino haciéndo fotos o autofotos, y siempre rápido. Aunque esto es algo que vemos cada vez más también en nuestras ciudades.

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5- Ciudades cemento y parques de pago

Impresionan las altísimas construcciones que están realizando, cemento por todas partes incluso en las cercanías de fábricas. Pequeñas ventanas y huecos preparados para instalar los aires acondicionados. Y según nos contó una joven familia con la que viajamos en uno de los trenes, los alquileres o la compra de una casa, en ciudades como Beijing es un lujo. Ver el cielo o el horizonte es otro privilegio de pocos.

Pasear tranquilamente por un parque, también. Hay que pagar la entrada. El verde se paga. Y no sólo los turistas, también los locales. El último día, en el parque que rodea el Templo del Cielo, vimos a muchos señores y señoras que bailaban, jugaban a cartas o al 象棋 -“Xiàngqío” (un ajedrez chino) o cantaban (lírica, canciones a coro…), así que está claro que pasan tiempo en los parques, pero no entendí por qué tienen que pagar la entrada.

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6- Famosos por un día

Desde Beijing hasta Xingping, llamamos la atención y muchas personas, sobre todo jóvenes, se te acercan para pedir que te saques una foto con ellos o sino te la sacan igualmente con disimulo. Es verdad que la mayor parte del turismo que reciben es local, pero hace gracia ver las caras mirándote o que te señalen con el dedo. A nosotros nos pasó sobre todo en Pingyao…jajaja, ¡famosos por un día!

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7. Té portátil

¿Qué mejor manera de disfrutar del té que llevártelo en tu propia “cantimplora” especial para el té a todas partes?

Todos pasean con este bote de cristal o plástico, lleno de hierbitas que rellenan de agua caliente en estaciones, trenes o lugares de trabajo. Los encuentras también a la venta en el súper o en estaciones. Nosotros nos hemos traido uno para el té fresquito en verano

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