Desde Bangkok  hasta a Siem Reap, pasar la frontera a pie.

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Salimos temprano del hotel y nos dirigimos hacia la estación del Skytrain (BTS). Bajamos en la parada de Mo Chit, que es la misma donde los fines de semana se organiza el famoso e inmenso mercado de Chatuchak.

Teníamos que llegar a la “Eastern Bus Terminal” (Chatuchak) จตุจักร.

Como recordábamos bien el paseo (es un poquito largo porque hay que rodear todo el parque) que tuvimos que dar el primer día que llegamos a Bangkok para buscar la estación, esta vez decidimos parar un tuk-tuk que por pocos bath nos llevó.

Las guaguas hacia Aranyaprathet salen desde las 3h de la mañana hasta las 18h y el billete cuesta entre 223 y 230 Bath. El trayecto dura unas 4-5 horas.

Aranyaprathet no está exactamente en la frontera, sino a unos 5km, así que hay que buscar otro transporte para llegar. Pero nada más bajar de la guagua hay conductores de tuk tuk que se proponen. A lo que no hay que hacer ni caso es a los que te dicen, “visado, visado”, porque hay muchos problemas de estafas.

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Una vez llegados a la frontera, que se llama Poipet, como el primer pueblo camboyano que encontramos, hay que pasar la frontera Tailandesa que es bastante rápida y después pasar al lado Camboyano. Aquí es donde se producen largas esperas, en una fila al sol. Lo peor es que los funcionarios de inmigración pasean cerquita de la fila, esperando a que les pases algunos dólares y así “mágicamente” te dejan saltarla. Nosotros teníamos delante a un señor inglés que nos prohibió no sólo hacerlo, sino ¡ni siquiera pensarlo! Dijo que no era bueno favorecer estos tipos de prácticas y creemos que tenía razón. Así que bueno, charlando, charlando, la espera se nos hizo más corta. El visado cuesta 20$.

Una vez hechos todos los trámites, hay varias posibilidades. O coger taxis entre varios, bus privados o sino, esperar una guagua gratuita que lleva hasta otra estación desde la que saldrán  guaguas hacia Siem Reap. Cuestan 9$ pero esperan a que se llene, y por eso se puede alargar aún más el viaje.

Nosotros llegamos a las tantas a Siem Reap y no teníamos hotel!!! Pero no problem, tuvimos mucha suerte.

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En la primera calle a la izquierda, nos acercamos al primer hotel que vimos, y llorándoles un poco a los recepcionistas, nos dejaron la habitación a menos de la mitad del precio oficial. Era un hotel, muy limpio, moderno y precioso! No nos lo podíamos creer y la ducha nos supo a gloria. A la mañana siguiente se acabó el cuento y nos indicaron una guest house donde ir mucho más sencilla y con bonitos animales de compañía,

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pero… la noche y el desayuno los disfrutamos bien! 😉