Hemos estado recorriendo en coche la Península del Yucatán unos días y hemos descubierto hermosos lugares rodeados de una naturaleza frondosa, ciudades con mucho color y gente maravillosa. Lo sabemos que aún nos queda mucho por conocer, pero estamos seguros que no faltarán ocasiones para volver.

Aquí va lo “imperdible” de nuestro recorrido.

Valladolid por su Calzada de Los Frailes y su Cenote Zaci. Es una pequeña ciudad que recorrimos en bici… “sin frenos”, pero no hubo caídas que lamentar!! Nos encantaron las casas de la Calzada de los Frailes, donde iríamos por la tarde a cenar. Además en Valladolid podrás ver, y bañarte si te apetece, el Cenote Zaci, al que puedes acceder fácilmente.

Izamal, la ciudad amarilla, ya que todas las casas y edificios del centro están pintadas de un característico color amarillo oscuro. Su viejo convento de San Antonio de Padua también está pintado del mismo color que identifica a la ciudad. Izamal es uno de los Pueblos Mágicos de México

Ruinas de Edzná y de Kohunlich. Después de haber visitado muchas como las de Chichén Itzá, las de Cobá o las de Calakmul, ¿por qué no elegir una de estas tres? Las primeras por estar llenas de gente y chiringuitos de souvenirs; las segundas por ser más peligroso subir sus escaleras y las terceras porque están muy lejos del desvío de la carretera general y el camino se hace muy largo. Así que nos quedamos con ruinas menos conocidas como las de Edzná, ya que están muy cuidadas y su edificio de los 5 pisos es estupendo, con glifos visibles en su base. Y las de Kohunlich porque están en una selva más accesible y porque te activa la imaginación viendo sus restos, ya que parece como si entrasemos en un vedadero poblado maya.

Campeche, por su colorido y ambiente. Es una ciudad alegre, agradable para pasear y a orillas del Golfo del México, con un Malecón desde donde admirar las puestas de sol. Lo mejor, perderse por sus calles, eligiendo la casa colorida más bonita o sentarse en la Plaza de la Independencia o Plaza Central, a ver como la gente charla amigablemente en sus bancos.

Laguna de Bacalar, por sus aguas cristalinas. Una verdadera piscina de color turquesa, que te aconsejo recorrer en kayak y después darte un chapuzón. Podrás observar la vida de la laguna, sus pájaros y peces o disfrutar del amanecer, ¡una maravilla!

Las nubes viajeras del Yucatán. Son gorditas y parecen pintadas. Las podrás observar mientras recorres sus carreteras, o cuando subes a lo alto de alguna pirámide, como por ejemplo, esta vez sí, la estructura nº 1 de las ruinas de Calakmul. Increible el contraste de colores entre el cielo azul, las nubes blancas y el verde de la selva.

Y tú, ¿conoces la Península del Yucatán?, ¿con qué lugar te quedas? Cuéntanos tu experiencia.