Rávena, o Ravenna en italiano, es conocida como la ciudad de los mosaicos y de Dante Alighieri. Aquí fue donde el poeta vivió sus últimos años hasta que falleció en 1321.

Ravenna es una ciudad llena de alegría y color, que ofrece un sinfín de actividades para realizar durante una visita. Cuenta con nada más y nada menos que 8 sitios reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¡Nada mal como presentación!

Como ya te hemos dicho Ravenna es la ciudad de los mosaicos y de Dante Alighieri, por eso, dos  museos que podrías visitar como preludio de tu visita son:

  • El Museo TAMO, completamente dedicado a los mosaicos, antiguos y contemporáneos, y a todo lo relacionado con este arte: sus técnicas, materiales, herramientas y colores. Ya solo visitar la sede donde está, el complejo monumental de San Nicolò, en el centro de la ciudad, merece la pena.

  • El Museo Dante está situado en la “zona del silencio”, área de respeto hacia el poeta y su tumba, que está situada en un jardín justo al lado. El renovado museo Dante se encuentra en un exconvento franciscano que ofrece al visitante un recorrido por la vida del poeta y por su célebre obra la Divina Comedia. Paneles informativos en italiano e inglés e instalaciones interactivas acompañan todo el recorrido.

Este año se celebra el 700 aniversario de la muerte de Dante Alighieri y la ciudad ofrece muchísimos eventos a tema.

 

– ¿Qué visitar con el “billete único”?

  • Billete único

En tu visita a la ciudad de los mosaicos y de Dante Alighieri, te aconsejamos que saques el “billete único” y que reserves el horario de tus visitas. El precio es de 10,50€ + 2€ para gestionar las entradas al Mausoleo de Galla Placida y el Baptisterio Neoniano, edificios más pequeños.

Podrás visitar 5 sitios increíbles:

  • Mausoleo de Galla Placida
  • Basílica di San Vitale
  • Cappella di Sant’Andrea en el interior del Museo Arzobispal
  • Batipsterio Neoniano
  • Basilica di Sant’Apollinare Nuovo

Los dos primeros están situados en el mismo complejo. Se visita primero el Mausoleo de Galla Placida y luego la Basílica de San Vitale.

Por fuera ambas construcciones se presentan sobrias, pero entrando, no podremos quitar los ojos del techo. El Mausoleo de Galla Placida es un edificio pequeño. Galla Placida, hermana del emperador Honorio, lo mandó construir en la primera mitad del siglo V d.C.. Parece ser que la emperatriz murió y fue enterrada en Roma así que al final no vino usado

Destaca el techo pintado de azul con pequeños puntos que representan las estrellas, decoración que le confiere al lugar una atmósfera nocturna muy especial.

La Basílica de San Vitale es una construcción posterior al mausoleo de Galla Placida ya que remonta al SVI. Según cuenta la tradición fue el obispo Eclesio quien mandó construir la Basílica de San Vitale en el año 526. La obra se terminó hacia 547-548 y el obispo Maximiano la consagró.

Los colores predominantes de los mosaicos son el verde y el oro, que conviven con frescos y decoraciones barrocas.

Esta maravillosa construcción y los mosaicos que custodia son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Para descansar la vista y no mirar siempre hacia arriba, observa delante del altar un laberinto hecho con piedras blancas y negras. Representa el camino que tenemos que recorrer para liberarnos del pecado.

De camino al Baptisterio Neoniano, pasamos por la Piazza del Popolo, cerca del Mercato Coperto Una buena zona para tomar algo antes de seguir con las visitas.

La plaza es muy amplia, tiene algunas tiendas y cafeterías y una zona con pórticos.

El río Padenna pasaba por aquí, pero durante el periodo veneciano de la ciudad la plaza fue ampliada y el río enterrado. Se añadieron dos columnas que recuerdan a las de la Piazza San Marco en Venecia.

El obispo Orso fundó el Baptisterio Neoniano o de los Ortodoxos en el SV. Posteriormente, su sucesor, el obispo Neone, lo renovó, y de ahí el nombre de la construcción.

Es un tesoro del arte paleocristiano y bizantino, el batipsterio mejor conservado del mundo, tanto por su estructura como por su decoración. También ha sido reconocido Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Visitando el Museo Arzobispal, que está al lado, a las espaldas de la Catedral, se puede visitar la Capella di Sant’Andrea, el único monumento ortodoxo de la ciudad todavía existente.

Y si te interesa el streetart te divertirás admirando los murales repartidos por la ciudad de Ravenna y por la zona de la Dársena.

Nosotros vimos el mural del artista brasileño Kobra situado en via Pasolini y muchos marcianitos, “invader”, que parecen sacados de un videojuego, colocados en cualquier esquina.