Cada uno de nosotros tiene, seguramente, un recuerdo de sus abuelas. Mujeres fuertes y más o menos modernas, según lo que les haya tocado vivir. Pero lo que relacionará a todas será el amor por la familia y la preocupación porque todos los miembros de la misma “coman”. Son el centro de la casa, pero sobre todo de la cocina. Salvaguardias de recetas de la tradición culinaria, que disfrutan mientras las preparan y son felices cuando todos las saborean alrededor de la mesa.

En Emilia Romagna, esta figura femenina, piedra angular de la casa y de la familia, recibe el nombre de “azdora”. En el imaginario popular es una señora gordita, llena de harina en los vestidos y en los cachetes y que tiene el rodillo en la mano lista para preparar la pasta fresca.

Pero durante nuestro paso por el último Sant’Arcangelo di Romagna Festival celebrado a mitad de julio, descubrimos que las azdoras tienen también una parte “oscura” que ahora te contaremos.

El primer contacto que tuvimos con las azdoras fue en la cocina. Durante el último UlisseFest, festival de viajes organizado por Lonely Planet del 12 al 14 de julio en Rimini, asistimos a un curso de cocina romañola. Base de la gastronomía en la zona es la pasta y existe de cualquier tipo: larga, corta, con huevo, sin huevo, con distintos tipos de harina, con patatas….. Las recetas que este grupo de azdoras nos enseñaron fueron las piadinas, los passatelli y los strozzapreti que más tarde devoraríamos en la terraza de nuestro albergue.

Fue muy simpático verlas en el papel de profesoras, cantando y bailando música tradicional. Se creó muy buen ambiente.

Te dejamos las recetas que nos dieron , por si te animas a preparar las piadinas:

1 kg de harina

Grasa de cerdo

Agua y sal necesarias

Para los strozzapreti:

1 kg de harina

½ l. de agua

sal que necesite

1 huevo si usas más de 2 kg de harina

Para los passatelli:

10 huevos

½ kh de pan

½ kg de queso

Zumo de un limón

Nuez moscada

Sal y pimienta

(cada 100 gr  – 1 huevo)

Pero las azdoras no dejaron de sorprendernos. Camo hemos adelantado, en un pueblillo cerca de Rimini que se llama Sant’Arcangelo di Romagna, un grupo de azdoras han sacado su lado más “heavy metal” a la luz. Un artista sueco llamado Markus Öhrn colocó por el pueblo carteles en busca de azdoras, señoras de más de 60 años para llevar a cabo un proyecto de teatro.

Seguramente las que respondieron pensaron que sería algo relacionado con la cocina, pero no, poco a poco el artista convenció a un grupo de señoras a rendir homenaje a su propria abuela. Contaba que ella le había dicho que siempre había pensado en los demás y no en ella misma y que se le habían quedado muchos deseos en el tintero, entre ellos los de viajar, tema que nos unía allí trámite el UlisseFest.  Fue sorprendente ver a señoras “grandes” maquilladas a la manera más heavy que nos contaban anécdotas del proyecto, como cuando destrozaron una lavadora con bates de béisbol o una de ellas aprendió a hacer tatuajes.

En pueblos tan pequeños, en una sociedad aún tan tradicionalista, es estupendo ver a estas señoras “valientes” que han querido lanzarse a hacer cosas fuera de lo común que ni se imaginaban. El artista se las llevará a Suecia para completar el proyecto y la duda que tenían era saber si allí habría huevos para hacer la pasta. Nos hizo mucha gracia. Por suerte ¡¡siempre habrán patatas para hacer los gnocchi!!